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Irochi Bartuti: ¿salvador o villano?

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Por Reynaldo Cruz. Irochi Bartuti pasa de un día a otro de ser ignorado a ser odiado por la afición holguinera: hoy por hoy, es el hombre relacionado con el béisbol que más se menciona en el norte oriental, que parece por momentos aislado del incidente Freddy Asiel Álvarez-Demis Valdés. Sin embargo, es precisamente luego de cada derrota de los Cachorros que muchos se acuerdan de su nombre, y por supuesto, él termina siendo el culpable de todo lo que sucede. Ha errado muchísimo, como ser humano que es, pero tiene sed de victoria. Recientemente algunos partidos se le escaparon al equipo, y esto provocó gran polémica a varios niveles (e incluso, fue agredido por un fanático), por lo que no creí que me fuese a conceder unas palabras.

Poco antes del último partido contra Pinar del Río, me acerqué a él, que se encontraba bateándole rolatas a Laindel Efrén Leyva, quien debía jugar en la intermedia por Danel Castro (éste tenía problemas personales).

“Me gustaría hacerle una entrevista,” le dije. “Yo trabajo en el periódico ¡ahora!, pero esta entrevista es para Universo Béisbol, un blog de internet.”

“Yo no tengo problemas con eso,” me contesta y manda otra pelota a las manos del utility del equipo.

“No le voy a ‘pasar la mano’, no sé si me hago entender… usted ha sido objeto de mucha polémica, y se ha equivocado bastante.”

“Critícame todo lo que quieras, estás en tu derecho —hace entonces otro swing y envía otra rolata a Leyva—, mientras sea para ayudarme, critícame siempre si quieres. Yo voy a respetar tu criterio. Tú haces tu trabajo, y yo el mío. A ver, ¿por qué crees que quité a Maikel Sainz anoche?”

“Supongo que porque detrás del hit venía Roel Santos y más atrás Giorvis Duvergel.”

“Sí, eso es verdad, pero lo puse en ese noveno inning, porque venían bateadores derechos. Urquiola, inteligentemente me trajo a dos zurdos. Sainz dominó al primero, y le dije a Orelvis ‘Vamos a dejarlo, a ver si logra retirar al segundo’. Como lo hizo, lo dejamos y entonces es el derecho el que le da el hit. Pero además, hay que mirar los números: Roel Santos ha sido un verdugo para el pitcheo derecho, pero es mucho menos efectivo contra los zurdos, entonces, Soris era el hombre, ¿no crees? Ahora, si le da el batazo a Soris, es culpa de Irochi, y si dejo a Sainz y le dan el batazo, es culpa también de Irochi. No sé si me entiendes, pero lo indicado, aunque hubiese salido mal, era traer al zurdo. ¿Verdad?”

Asiento entonces con la cabeza.

“No quiero que Bartutis se dirija a mí,” le sentencio. “Quiero que hable a la gente, a la afición, que se explique.” Me acerco un poco más a él, cámara en mano, pero descansando en mi hombro (ya le había tomado un par de fotos en acción, porque me gustan más que las fotos de entrevista)… el sol molesta un poco. “Con esto le digo que le voy a dar la oportunidad de que hable todo lo que piensa, pero también, contésteme las preguntas.”

“Tranquilo —sonríe por vez primera desde que le hablé—, no voy a justificarme. Yo soy el máximo responsable de todo lo que sucede en el partido, porque las decisiones las tomo yo, junto con el excelente colectivo que tengo. Pero —se voltea entonces y mira a los peloteros calentando, con media sonrisa— no vas a negarme que los muchachos han hecho tremendo papel. A ver, ¿quién de los fanáticos o la prensa pensó que íbamos a ganar más de 13 juegos? Y mira, ya hemos pasado de 40… hace meses que mucha gente espera la debacle del Holguín, y acá están los muchachos ‘guapeando’, ¡y vamos a seguir!”

Hablamos otro poco más, algunas personas se acercan, hablan un momento con él y seguimos en nuestro debate. Constantemente alaba la calidad humana y del compromiso de sus peloteros, y tras dos o tres intercambios más, decidimos vernos al final del encuentro.

Nota: Hubiese sido excelente que Holguín hubiese alcanzado la victoria, pero para exacerbar un poco más la polémica, no fue así: el partido fue desastroso, el pitcheo no aguantó, y lo peor fue que la ofensiva no produjo.

Me dirijo hacia el dugout del equipo. Bartuti da instrucciones a diestra y siniestra, suspira, habla otra vez, poco a poco se va despejando la sala, quedan apenas unas cinco personas y yo, que me mantengo sentado en una silla, inmóvil y en silencio.

“¡Ahora estoy contigo, maestro!” me grita casi desde el fondo y sigue trajinando.

Finalmente, me pide que me acerque, y cuando enciendo la grabadora, las baterías no funcionaban… ¿fatalidad? Bueno, el buen bolígrafo y la agenda nunca nos van a traicionar.

“¿Todo en orden?” me pregunta, y le hago una señal de aprobación.

“Voy a comenzar con algo de hace un tiempo, para calentar los motores,” le comento, y me levanta un pulgar.

Comenzamos.

Universo Béisbol: ¿En qué se basó para pedir los refuerzos que pidió?
Irochi Bartuti: Primeramente hicimos un trabajo en el que tratamos de ver nuestras necesidades. Por ejemplo, Norge Luis Ruiz es un lanzador que, a pesar de no ser experimentado, es un pitcher de muchísima calidad, con experiencia internacional, pero además de un excelente carácter. Desde un inicio, supimos que se iba a insertar muy bien con nuestros peloteros, y que iba a haber una excelente química. Creo que esa fue la clave para pedir a cada uno de ellos: rendimiento, calidad y la actitud en el club-house, o sea, su capacidad de compenetrarse con los peloteros de nuestro equipo. A Danel Castro lo trajimos para suplir la ausencia de Yeison Pacheco por lesión, pero además porque sabíamos que con su experiencia y su bateo, además de su excelente actitud y disposición, iba a aportarnos mucho. Lo mismo fue con Guillermo Avilés y Yordanis Samón… los dos fueron excelentes impulsadores, y no me han hecho quedar mal, pues han producido muchísimo para nuestra causa. Leinier Rodríguez fue el que no nos salió bien, pero tenía excelentes números, participando en 14 de las 18 victorias de Mayabeque. Lamentablemente se lesionó, y tuvimos que ir en busca de Yoen Socarrás.

¿Qué ha sido hasta hoy lo más difícil y complejo para Irochi Bartuti desde que está al frente del equipo de Holguín?
Lo más difícil, si te soy sincero, ha sido lidiar con el pueblo. El pueblo de Holguín es extremadamente exigente y conocedor del béisbol, pero en ocasiones se torna un poco apasionado y llega a ser injusto. Generalmente no analizan que una decisión se tomó teniendo en cuenta una estrategia bien planeada, y a veces, por ejemplo, un jugador comete un error y el juego se nos va de las manos. Tenemos muchas cosas por mejorar, tanto los jugadores como el cuerpo de dirección, pero la Serie Nacional no es para mejorar, hay que tratar de ganar, sobre todo cuando la afición así lo exige.

Hábleme de los errores de Irochi Bartuti.
Errores siempre se cometen. Los cometo yo, los comete Lázaro Vargas, los comete Víctor Mesa, Ramón Moré, Alfonso Uruiola (a todos los respeto muchísimo)… las decisiones de un mentor son muy difíciles de tomar, sobre todo en esos casos en los que hay un 50% de probabilidades. La jugada puede salir bien, y saldrá el aplauso, pero si sale mal, vienen entonces otros problemas que pueden repercutir en el resultado final, y por supuesto, las críticas, los abucheos, las ofensas. Estas decisiones no las toma Irochi Bartuti solo: las toma el cuerpo de dirección. Juntos discutimos y llegamos a un acuerdo o a un consenso sobre lo que vamos a hacer. Desafortunadamente, no siempre nos salen como pensamos. Hay muchas cosas que están más allá de nuestro dominio, como cuando un pelotero hace un error o no produce a la hora buena, o cuando el pitcher se descontrola. ¿Crees que es culpa de ellos? Ellos no quieren hacerlo mal, al contrario, ¿y cuántos juegos no me ha decidido ese pelotero que me falló en un momento clave?

Muchas personas hablan del manejo del pitcheo como una de las causas principales de las derrotas del equipo de Holguín. ¿Podría ejemplificar al respecto?
La planificación del pitcheo es una de las cosas más difíciles de hacer en un equipo de béisbol. Hay que tener en cuenta muchos elementos, entre ellos las condiciones de los lanzadores y además a qué contrario nos vamos a enfrentar. Tratamos de que nos caminen siempre hasta el quinto inning, porque es una temporada larga, y tenemos que tratar de que los abridores hagan el trabajo para establecer una rotación de pitcheo. Tenemos muchos jugadores con condiciones pero que tienen poca o ninguna experiencia, y damos menos oportunidades a los lanzadores inexpertos, algo que me critico. Solamente nos es posible utilizar a 25 jugadores en un mismo encuentro, y no podemos irnos solamente con el pitcheo porque se nos puede dar una situación con una lesión de un jugador de posición, y no tendríamos entonces de dónde escoger para sustituirlo. Mira, hoy por ejemplo, intentamos trabajar con (Yaisel) Sierra en este encuentro, esperando que aguantara y buscando una reacción de los bateadores, pero al final, mostró algunas imprecisiones y el equipo siguió sin producir. Puedes ver el resultado: este de hoy es un juego que no podíamos ganar.

Ahora que menciona los juegos que no podían ganar, hábleme de los que sí podían ganar y se perdieron.
Contra Industriales, en aquel doble juego, perdimos al abridor temprano y los relevistas no aguantaron. El juego se nos fue de las manos porque estábamos en amplia desventaja. Decidimos entonces, de manera paulatina, sustituir a nuestros regulares, porque íbamos a jugar otro partido, y el desgaste al sol era tremendo. No dimos el partido por perdido, pero tenemos que pensar también en los jugadores con lesiones o molestias. Al final, los suplentes fueron los que les enredaron el juego a los Industriales, pero nuevamente nuestros relevistas no pudieron aguantar el partido. Jugamos 10 horas en total ese sábado, los peloteros, sobre todo Yordán Manduley, Yunior Paumier, Danel Castro y Yordanis Samón (los infielders) terminaron exhaustos porque el desgaste fue tremendo. En el segundo encuentro, alguien de la prensa dijo que el jonrón que le dieron a Pablito (Pablo Millán Fernández) me lo dieron a mí, y es verdad, pero había lanzado tremenda pelota, es un gran pitcher, con experiencia internacional, y tenía que confiar en él. Además, él tenía disposición de seguir lanzando. Cuando se nos complicó el juego, optamos por traer a Leinier, pero apenas calentó, se sintió una molestia bastante severa. Lo que establece el reglamento de cualquier béisbol en esa situación es que debe lanzarle al menos a un bateador, y apuramos entonces el calentamiento con Carlos Olexis González, que se encaramó en el box casi sin haber calentado. Sobre Ernesto Hernández, tengo que decirte que tiró tremenda pelota, y tú y todo el mundo vieron cómo se decidió ese encuentro.

¿Y sobre el primer juego de acá contra Pinar del Río?
Nadie se sintió peor que yo después de ese partido, te lo confieso. Estaba prácticamente en el bolsillo, pero las cosas se nos complicaron desde el error que le cuesta tres carreras sucias a Norge Luis Ruiz, porque no puede abrirme entonces en el octavo inning debido a la restricción de lanzamientos. Después, en el noveno, utilizamos a tres lanzadores y no podían sacar tres outs. Yoen Socarrás se complicó y trajimos entonces a Walnier Osorio, que no vino controlado.

Desgraciadamente, Pablo Millán Fernández tampoco respondió, pero a Carlos Santiesteban tampoco le fue bien. Al final, si el castigo hubiese sido menor en el décimo inning, ¿qué habría pasado cuando Yoanis Quintana pegó el jonrón? Nos pegamos a una, pero ya el daño estaba hecho. Yo asumo la responsabilidad, yo soy el responsable, pero también soy el que hace los análisis con los muchachos y con el cuerpo de dirección, sobre el cómo y el porqué perdimos, y qué estrategia vamos a trazar para el juego siguiente. Mira, al día siguiente, que la lógica indicaba que perderíamos, le ganamos a Yosvani Torres, el lanzador más ganador del campeonato.

Me hablaba de la dolencia de Leinier ¿Cómo ha tenido que lidiar con las situaciones personales y las lesiones de varios de sus jugadores claves?
Pablo Millán Fernández y Danel Castro están pasando situaciones personales bastante delicadas, por lo que tratamos de ser bien comprensivos con ellos, sobre todo porque estas situaciones mayormente afectan su concentración. Lo positivo de todo eso es que han mostrado muchísima disposición, como mismo lo han hecho los jugadores que están lesionados. Eso dice mucho de estos peloteros, que se han sacrificado mucho, y han hecho un gran esfuerzo para mantener la competitividad.

En ocasiones hemos tenido que utilizar a jugadores jóvenes, pero hay muchas cosas que escapan a nuestro alcance. Siempre tratamos de aprovechar el buen momento de cada cual, de sacarle a cada pelotero el aporte que puedan hacernos para la victoria, en el momento en que estén en mejores condiciones para hacerlo. No podemos negar que ambas cosas nos han afectado mucho, pero mira hasta dónde hemos llegado. Hoy, por ejemplo, calentamos con Pablo Millán cuando el partido estaba aún con una desventaja de tres, porque debido a su situación personal, no va a hacer el viaje a Isla de la Juventud, y estábamos pensando aprovecharlo, sobre todo por la disposición que tiene de ayudar al equipo. Pero cuando Pinar se despegó, decidimos que no era justo ni prudente utilizarlo en un partido con una desventaja así, y Orelvis Ávila le hizo una seña para que se sentara.

Comienzan a llegar personas, entre ellas personal de la policía, apuntando a sus relojes. Los holguineros viajan hacia la Habana y hacia Isla de la Juventud en pocas horas, pues deben estar en Batabanó a las ocho de la mañana.

¿Qué tiene Irochi Bartuti que decir a esa afición de Holguín que lo ha abucheado o aplaudido?
Para todos, lo que tengo es mucho amor. Los fanáticos son mi razón de ser, porque es para ellos que jugamos. Siempre tratamos de dar un buen espectáculo y de ganar, que es el objetivo que tenemos. Como director, aunque he cometido errores, he hecho todo lo que he podido para clasificar al equipo y los muchachos se han mantenido en la pelea. Desgraciadamente, muchas veces las cosas no nos han salido lo bien que hubiésemos querido, pero ese es el béisbol ¿qué se le va a hacer? Soy holguinero, y lo seguiré siendo siempre… nada me llena de más orgullo. Los Cachorros van a seguir luchando por lograr la clasificación a los play off, hasta que caiga el último out.

Diciendo esto, y mirando el reloj, el polémico mentor de los holguineros se puso de pie, me extendió la mano y me agradeció. Yo le agradecí sus palabras y le deseé un buen viaje.

De no poder ascender más en la tabla de posiciones y quedar en el quinto puesto, los Cachorros habrán alcanzado su tercera ubicación histórica (tienen un cuarto lugar en 1995 y un primero en aquella mágica campaña de 2002). Sin embargo, muchos no pueden ver esto.

(Tomado del blog Universo Béisbol)


Archivado en: De todo Tagged: beisbol-cubano, Holguín, Irochi Bartuti, SNB, sociedad, universo beisbol

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